viernes, 16 de octubre de 2009

Pásame la sal

-Pásame la sal…..

La frase sonaba sugerente y pícara.

-Sólo si estiras el brazo hasta aquí.
-Quieres que se me abra el escote…. Anda, pásame la sal.
-Quiero atraparte la mano e inmovilizarte, así, sí, ¿ves? desde aquí puedo ver casi todo lo que me interesa.
-¿Casi todo? ¿Qué más te interesa?
-No te lo voy a decir por ahora, te voy a soltar pero sólo para que vengas a sentarte aquí a mi lado.
-¿Es para ver mejor eso que te interesa tanto? Entonces no me sueltes….Pero pásame ya la sal, pesado.
-¿Es que no me lo quieres enseñar?
-Tendrás que obligarme de alguna manera, si no saldré huyendo.
-No podrás ir muy lejos.
-Eso ya lo veremos…

Como un destello fugaz viajando desde el pasado esta escena iluminó el opaco fondo de sus ojos, mientras la veía a ella, que mirándole con dura impaciencia, repetía amargamente:
-Que me pases la sal.

1 comentario:

N dijo...

Me trajo recuerdos.
Me parecio delicado, prolijo, peinado.